¿Soñar?

19 de mayo de 2023

Qué delicioso resulta hundirse en el abrazo turbio de la soledad, dejarse tragar por esta melancolía que lo envuelve todo. Aquí estoy, repitiéndome un sueño que sé imposible: un reino utópico, limpio, hermoso, que nunca encajaría en este mundo herido. Y sin embargo, me pregunto si de verdad lo sé. Porque hay una parte de mí que se ríe, que me susurra que nada cambia, que nadie escucha, que todo sigue igual, indiferente. Pero hay otra, pequeña y testaruda, que sigue susurrando que tal vez sí, que tal vez queda algo por salvar.

Me digo que no importa, que a nadie le importan estos sueños absurdos. El mundo gira, ciego, contento en su danza sorda, ajeno a cualquier posibilidad de belleza nueva. Pero justo cuando estoy a punto de rendirme del todo, algo me punza por dentro, un murmullo leve que no sabe apagarse. Me burlo de mí mismo por buscar consuelo, por aferrarme a la idea de un refugio en medio de tanto ruido. ¿Qué sentido tiene inventarse un santuario cuando todo está roto? Ninguno, me repito, y aun así me aferro.

Quizá no exista, quizá sea solo un espejismo que me pongo delante para no quebrarme del todo. Y mientras lo niego, lo deseo. Mientras me río de él, lo construyo en secreto. Mientras me ahogo en este desencanto, sigo respirando, aunque apenas.

Qué ironía estar partido en dos: una parte que se burla de mis ganas, otra que insiste en soñar. No sé cuál ganará esta noche. Tal vez ninguno. Tal vez ambos. Tal vez mañana despierte y todo siga igual. O tal vez, aunque no lo diga en voz alta, algo cambie.